miércoles, 23 de marzo de 2011

REPORTAJE A EUGENIA SUAREZ

ESTOY DE NOVIA CON NACHO NO CON LA FAMILIA LEGRAND.......
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¿Es tu primera nota después de Casi Angeles?
–Sí, me copa. Me parece re grosso estar acá sentada. Me divierte sorprenderme con lo que viene. Además, tengo mucho más tiempo libre. Exageradamente, diría. La desventaja es que extraño mucho a los chicos. Pero bueno... Necesitaba esta libertad.

–¿Cómo llegaron los 19?
–Con cuatro amigas. Vinieron a mi casa y nos quedamos escuchando música hasta las seis de la mañana. Vicky, Sofi, Agu y Daqui, un trabalenguas. Y antes, mi mamá me esperó en casa con globos, guirnaldas, tortilla de papas, la ensalada que más me gusta y muchos postres. ¡Soy malcriada!

–¿Te molesta que te digan lo que tenés que hacer?
–¡Mucho! Siempre fui muy rebelde y necesité mi lugar. A los 5 años compramos un lavarropas y le pedí a mamá que me regalara la caja. Me la llevé a la terraza con mi “bebé” de aquel entonces y una frazada. Y ahí me quedé todo el día. Quise tener mi espacio y mis viejos me lo respetaron.

–¿Con Nacho te pasa lo mismo? ¿Cómo es la comunicación entre ustedes?
–Tenemos valores y maneras de pensar muy parecidas. El es muy contenedor y nos escuchamos. Por lo general nos peleamos por bol...

–¿Qué valores comparten?
–Pensamos muy parecido con respecto a las drogas, por ejemplo. Yo soy muy abierta en muchas cosas, pero con eso  no transo. No tengo a nadie de mi círculo íntimo que se drogue, y no pienso probar. Nacho cree lo mismo.

–La fama está muy asociada con la droga... Es una creencia generalizada.
–Es mentira. Por empezar, Nacho y yo no lo hacemos. Conozco a muchísima más gente que no se droga. A mí me educaron así. Mi viejo se sienta a hablar conmigo desde que soy chica, y siempre que me retó me explicó el porqué. Eso está bueno y es necesario. El que quiere fumar marihuana que se vaya a un campo y lo haga, pero que no quiera involucrar a otro. Eso sí molesta. Podrán decir que son hierbas y que no hace mal, pero yo elijo no hacerlo. Podré ser cerrada, pero bueno... Me parece que no sirve drogarse.

–¿Qué es lo que te molesta que inventen con respecto a tu novio?
–Que estoy con él por interés. Yo soy una adolescente que conoció a un pibe que le hace muy bien. No me parece que sea difícil de creer.

–¿Te incomoda su relación con los medios?
–Son decisiones que hay que respetar. Yo elijo estar expuesta, porque así es mi profesión. El no. Soy bastante para afuera, y él es todo lo contrario: muy tímido y serio.

–¿Cómo lo describirías como novio?
–Inteligente, interesante, lindísimo, atento, caballero... Eso me sorprendió.

–Lo noto celoso. ¿Puede ser?
–Yo soy mucho más celosa que él, porque conozco a las mujeres. El otro día estábamos en un boliche, y cuando volví del baño veo a dos minitas dando vueltas con shorts de lentejuelas. Conozco esa actitud. Pero puedo convivir con los celos. Antes era peor, mucho más posesiva.

–¿Y él?
–Se banca besos míos en la tele o verme trabajar en una campaña de ropa interior. Me acompaña, me da su opinión. Es detallista. Los celos le vienen con la falta de respeto, cuando alguien se desubica. No se lo banca.

–¿Hubo presentación de padres? ¿Se usa todavía?
–No, porque nunca se cruzaron. Además, no se usa más.

–¿Tus viejos lo conocen?
–Sí, lo aman. Me ven muy biena mí, y por asociación le toman cariño.

–¿Qué es lo más molesto de salir con alguien de la familia Legrand?
–No me atormenta. Cuando no tengo ganas de contestar sobre algo, no lo hago. Mi novio es él, no la familia.

–¿Con tus cuñadas cómo te llevás? ¿Qué estilo te parece más lindo?
–Excelente. Tengo muy buena onda con las dos. La verdad, no podría decir cuál me parece más linda: son diferentes. Manu es más delicada, pero Juanita tiene estilo propio. Me hubiese gustado ser compañera de colegio de Juana; es muy divertida.

–¿Cómo fue el primero y el último beso que te diste con Nacho?
–¡No me acuerdo! Me va a matar. El primero fue hace meses. Y el último, antes de ayer. Nos fuimos a tomar un helado y después me dejó en casa. Un beso de despedida. Por lo menos me acuerdo del último, ¿no?

–¿Se puede ser amigo de los ex novios?
–Yo no, para nada. Soy compañera, me llevo bárbaro... Pero amigos, no.

–Como compañera, entonces, ¿te gustaba Silvina Escudero para Nico?
–Me parece que tiene un cuerpazo, pero no puedo opinar de una persona que no conozco. Cuando cierro una etapa, ya está. No doy más vueltas al asunto.

–¿Qué opinan tus amigas al respecto?
–No me hablan de mi pasado.

–Bueno, hablemos del futuro: ¿se puede anunciar tu próximo proyecto?
–Me convocaron para Los únicos. No sé todavía el nombre de mi personaje. Voy a ser una chica que está terminando el colegio, que va a tener una historia de amor con Nico Cabré, y que es rebelde. Eso fue lo que me dijeron, así como lo cuento.

–¿Qué don te gustaría tener?
–El de Nico Vázquez: que me reboten las balas. ¡Tengo miedo de que me roben!

–¿Expectativas?
–Pol-ka era un imposible. Cuando miraba Son amores me preguntaba: “¿Algún día podré estar allí?”. Lo veo completamente distinto de lo que vengo haciendo. Me pone contenta trabajar con ese elenco, pero sé que tengo que adaptarme a otro director, a otro estudio. Estoy como que no aguanto más la ansiedad.

–¿Cómo le caerá a Nacho que tengas que besar a Cabré?
–Se lo digo al pasar. Si yo me lo tomo en serio, él seguramente estaría en su derecho de desconfiar. Se transmiten esas inseguridades, y no soy insegura. Estoy acostumbrada, es mi trabajo.

–¿Ellos se conocen?
–Ni idea.

–¿Qué te regaló para el cumple?
–Un perrito de peluche con mucho valor sentimental y una carta de amor. Siempre me las escribe. Lo hace muy bien; se sorprenderían... Eso es para todos los que hablan mal de él. No parece, pero Nacho es un romántico.

–Vuelvo a Pol-ka. ¿Ahora que estás más cerca de Tinelli, bailarías en su programa?
–Nunca digas nunca, pero hoy no. Si fuera un concurso lo haría con felicidad, pero me parece muy agresivo. Todavía no estoy preparada para ese show business.

–¿Cómo te imaginás en el futuro?
–Me encantaría tener una casa gigante con muchos veterinarios, para que curen a los perros de la calle. Son mi fetiche. Veo a uno atropellado en la Panamericana y me pongo a llorar, te juro. Eso lo heredé de mi viejo. Son lo mejor que le pasó en la vida y me lo transmitió. ¡Ya sé, parezco Nicole Neumann! No lo digas.


fuente:gente

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